Es un ave que no vuela. En tierra no es muy ágil caminando, pero no te confundas: en el agua es un excelente nadador, ¡y también es un gran buceador! Vive formando colonias o grupos de pingüinos en puntas e islas protegidas de la costa. Son muy sensibles, por lo que es importante evitar acercarse a ellos para que no se estresen.
“Es como una bala bajo el agua”, dice don Patricio, antiguo pescador de Cachagua.
La Isla de Cachagua, también conocida como “Isla de los Pingüinos”, es un Monumento Natural y Santuario de la Naturaleza con el objetivo de cuidar y proteger a esta ave. Es muy probable que estos pingüinos vayan a alimentarse al Refugio Marino de Cachagua, que queda muy cerca.
Se sumergen en las profundidades del mar para ver qué cambios se producen en la fauna y flora marina luego de crear un Refugio Marino. Bajo el agua, deben anotar los nombres de las especies que ven, así como sus cantidades y tamaños.
Con sus cámaras submarinas toman fotografías de las maravillas del mar y ayudan a dar a conocer las diversas especies de animales y algas que viven en los Refugios Marinos. Así todos y todas nos podemos sumar a su cuidado.
Son los principales cuidadores y cuidadoras de los Refugios Marinos, que son zonas creadas para recuperar la vida marina y realizar investigaciones científicas. Los Refugios Marinos se ubican dentro de los campos marinos que administran las agrupaciones de la pesca artesanal, y que son conocidos como Áreas de Manejo y Explotación de Recursos Bentónicos (AMERB). ¡Súmate tú también al cuidado de los Refugios Marinos!
La Vieja Negra pasa el día entre pequeñas cuevas y grietas; le gusta salir en la oscuridad o en horas con poca luz a alimentarse de una gran variedad de animales, desde pequeños crustáceos hasta peces. Le encanta convertirse en la dueña de una cueva, y se cree que les gusta adornarlas para poder saber cuál es su casa y así no perderse (o también para decirles a otros peces que esa cueva ya tiene dueño).
“Viven en cuevas y se distingue porque se le ven los puntos blancos de atrás bien marcados”, dice Matías, joven pescador de Cachagua.
La Vieja Negra ha sido pescada tanto que hoy quedan muy pocas. Los Refugios Marinos buscan darle un lugar seguro para que puedan recuperarse y que en el futuro podamos ver muchas más.
Es un pez muy importante para los bosques de algas pardas. Se come las hojas de las algas, cuyos esporangios (similares a las esporas de los hongos) sobreviven a su paso por los fuertes ácidos del aparato digestivo de la Jerguilla. Luego, al salir por la caca de la Jerguilla, pueden dar vida a una nueva alga en otro lugar. Así este pez ayuda a las algas a que viajen más lejos.
“Las Jerguillas son los únicos peces vegetarianos del Refugio Marino”, dice don Sergio, pescador artesanal de Zapallar.
Al cuidar los bosques de algas, los Refugios Marinos cuidan también a las Jerguillas y esta especial forma de relacionarse con los “bosques azules”.
Se llama Lenguado por su forma plana, muy parecida a la de una lengua. Es un experto en camuflaje, ya que cambia su coloración para que nadie lo vea entre las rocas o en la arena. Al inicio de sus vidas los Lenguados hacen una transformación increíble en la que sus dientes, piel, escamas y aletas se mueven hacia un mismo lado.
“Cuando recién nace, es un pescado normal como todos, pero cuando empieza a crecer se voltea y le quedan dos ojos para el mismo lado”, cuenta Matías, pescador de Cachagua.
¿Alguna vez probaste un Lenguado? Antes este pez se comía mucho. Hoy los Refugios Marinos buscan darle un hogar que sea cuidado por todos y todas.